1 de septiembre de 2013

¡Just breathe!

Vos preguntas cómo te prefiero. Vos preguntas cómo te prefiere la gente. Vos preguntas qué clase de persona te sienta mejor ser. Vos preguntas qué haces mal, o que no. Vos preguntas cómo te ven los demás. Vos preguntas, preguntas .. Y preguntas. Pero, ¿te preguntaste a vos mismo todo esto antes que preguntárselo a los demás? ¿Te preguntaste cómo sos, quién queres ser, o quién crees ser, o si te sentís bien/cómodo/conforme siendo quien sos? O simplemente te has preguntado ¿QUIÉN SOS?

¿Te pusiste a pensar en qué tipo de máscara llevas? ¿Te pusiste a pensar en el rol que cumplís a diario? La clave está en reconocer, reconocerse.

Uno debe tomar conciencia. ¿Por qué actuamos como actuamos? ¿Por qué los demás actúan como actúan ante nosotros? Quizá la máscara que utilizábamos no nos sirva más o también es posible que necesitemos adaptarla o retocarla para hacerla más cómoda.

Sea como sea, si empleamos una máscara es porque en algún momento nos sirvió para relacionarnos o conseguir algo de los demás. El problema es cuando nos identificamos con la máscara, cuando creemos que somos ella, pero esto implica dejar de ser dueños de lo que hacemos pensando que somos como somos, sin poder cambiar nuestro comportamiento. Generalmente, aceptar la máscara puede ser bueno, pero solo como un instrumento, nunca olvidando que uno es más que la máscara que lleva puesta.
Cuando podemos separar nuestra esencia de la máscara o máscaras que llevamos, somos capaces de identificar nuestras creencias limitantes para atrevernos a ser nosotros mismos. Es así como nos podemos plantear cuáles son nuestros principales valores, o qué tipo de vida queremos crear para nosotros. ¡Uno debe arriesgar! Uno debe arriesgarse, asumir riesgos ¡Uno debe creer! Creer en si mismos, creer en sus sueños, simplemente creer.

Uno busca críticas de otras miradas, pero no se atreve a auto criticarse porque no se atreve a mirarse a si mismo, porque no se conoce o quizás por miedo a descubrirse, a ver quien se es. Pero no se puede ir por la vida buscando que los demás nos digan como somos, quienes debemos ser, qué hacer, qué esta mal o qué esta bien, ¡NO!, no funciona así. Uno puede aceptar todo tipo de criticas, pero no se es mecanismo de prueba para gustarle al otro o para que el otro nos arme conforme a como quisiera vernos. ¡UNO DEBE SER!, debe quererse como tal es. Si, ¡UNO DEBE QUERERSE! Quererse para poder querer, para ser lo que queramos ser, para confiar, para sentir, para encontrarse consigo mismo, para conectarnos con nuestra esencia, para ser auténticos.
Se suele tener miedo de ser, se va simulando ser quien no se es, o mostrando lo que no se quiere mostrar. Cuando uno no confía en si mismo se torna inseguro, indeciso, hasta muchas veces se resguarda en una “zona de confort”, más bien se arma de miedos. Forma una coraza para no permitirse sentir, para evitar todo tipo de emociones, pero, llega un momento en que uno debe salirse de esa zona de confort, debe permitir que comience a entrar luz, luz de ser, luz que quiere invadir, invadir por completo. Luz que busca redescubrir, explorar, sentir lo que el otro siente. Luz que busca mostrar, luz que quiere ver, ¡luz! .. Pero, ¿qué pasa cuándo no podemos ver la transparencia de esa luz que busca entrar?, ¿qué pasa cuándo no permitimos ver esa luz?, ¿qué pasa cuándo no dejamos ser a esa luz? Se apaga .. En la lucha constante de ese ser de luz por ser visto, se apaga sin haber concluido su fin. 

Los seres de luz también sienten, por lo que generalmente en el transcurso de querer encender almas, resultan heridos. No hablo de seres de otro planeta, no hablo de nada fantasioso, hablo de personas, personas que llegan o llegaron a nuestra vida, pero no por casualidad.
¿Te preguntas cómo fue que llegue a tu vida? ¿Te preguntaste qué sigo haciendo en tu vida? ¿Te preguntaste por qué sigo apostando a renovar tu alma? ¿Te preguntaste por qué confío tanto en tu esencia? ¿Te preguntaste qué fin tengo en tu vida? No, seguro no te lo preguntaste, por estar en esa coraza, por no permitirme ser, por no permitirte ser conmigo.
Sigo apostando a tu esencia, que tan fresca es, tan vos. Tenes más de mil cosas para mostrar, para enseñar .. Si tan solo te dejarás ver, si tan solo salieras de esa coraza, si tan solo pudieras ser. Nada resulta más reconfortante que descubrirse. ¡anímate, arriésgate, querete, SE! Y jamás te limites a sentir. 

No hay comentarios: