¿Es
un capricho?, ¿Es una necesidad?, ¿Es constancia?, ¿Es lealtad?,
¿Es tenacidad?, ¿Es terquedad?, ¿Es intransigencia?, ¿Es
obstinación?.
¿Cómo
se llama eso que sentimos, y no se va ni con el tiempo?, ¿Es amor?,
¿Es una manía?, ¿Es ceguera?, ¿Qué es? ... ¿O es obsesión?.
Es
muy fácil confundir amor con obsesión, pero no son lo mismo. El
amor está en todo el cuerpo, la obsesión solo está en tu cabeza.
Te encierra en tu burbuja, te aísla, te adormece.
Cuando
no hay amor aparece la obsesión, para aturdirnos, para hacernos
creer que sentimos algo cuando en realidad no sentimos nada, porque
estamos vacíos, vacíos de amor.
El
amor saca lo mejor de uno, y la obsesión lo peor.
A
veces podemos parecer valientes, arriesgados, y en realidad lo que
nos empuja es estar ciegos, obsesionados.
Por
la obsesión se puede hacer cualquier cosa, se puede lastimar tanto…
Porque
la obsesión al fin y al cabo es un medio para llegar a ningún lado,
o para llegar demasiado lejos.
Trampas
en nuestra cabeza, y ahí vamos inocentes entregando nuestro cuerpo,
creyendo que ese camino nos llevará hacia el amor justificando los
medios por ese fin. Y en nombre del amor, matamos al amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario